Una reflexión sobre al crisis actual y la globalidad del mundo desde las expos de EFTI
El Centro de Imagen EFTI inaugura dos nuevas exposiciones que podrán verse entre el 2 de Marzo de 2012 y el 16 de Abril de 2012.
Presentamos los dos últimos trabajos del fotógrafo Agustín López Bedoya, una reflexión sobre la crisis actual y el planteamiento de vida de la sociedad hoy en día.
“Vida suspendida” nos muestra lo colgados que estamos, como vivimos un poco en el aire y la crisis nos ata más al suelo y “Adosados” trata el concepto de la cultura del ladrillo tan arraigada en nuestro país así como el planteamiento de la sociedad actual de “no alquiles, compra”. Ante una aparente felicidad se esconden las ataduras a la que la sociedad tal y como la tenemos planteada nos ha llevado desde décadas atrás. Desde los años setenta la visión del “American dream” ha premiado en la relación de la mayoría de los españoles con el tema de la vivienda.
Con ambos trabajos Agustín López Bedoya reflexiona sobre los golpes del destino, la vulnerabilidad de la vida, la fragilidad, el azar…
Ocupando otro espacio de EFTI podemos ver el trabajo de tres jóvenes fotógrafos que se han unido para plasmar la “globalidad del mundo”: Juan Aballe con su trabajo “42nd Street”, Quico García con “En las manos de Dios” y Mikel Bastida con “Displaced Consciousness”.
Estas tres visiones del mundo son muy diferentes y complementarias para entender el mundo actual.
Juan Aballe nos introduce con telón de fondo neoyorkino en “un paseo en mitad de la vorágine, del caos de la gran ciudad. Pero al fin y al cabo un paseo, una evasión hacia un paraíso donde el aislamiento y la singularidad aún son posibles”. Su trabajo refleja la espontaneidad de las calles y personajes que se han cruzado aleatoriamente a su paso.
Quico García, nos habla de África, “en donde más de medio millón de mujeres fallece cada año al traer al mundo un bebé. Sin quejas, ni anestesias que calmen el dolor, un dolor al que quizás se acostumbraron por un sexo que las marca como víctimas de una sociedad pensada para los hombres”.
Mikel Bastida desde oriente nos embarca en “un mundo ficticio, ajeno al cambio. Un parapeto de cartón-piedra creado a medida de unos personajes que suplen las carencias de una realidad insuficiente”.
