Los signos distintivos de grabar con la F55
Después de su éxito en 2011 con Polisse, Maïwenn volvió a Cannes en la categoría Sección Oficial con Mon Roi, su cuarto largometraje, un drama que representa la relación apasionada y tumultuosa de una pareja. Producida por Alain Attal (de la productora Les Productions du Trésor), la película fue rodada con la F55 por Claire Mathon, una joven directora de fotografía y colaboradora de Maïwenn desde hace mucho tiempo.
Acabas de terminar el proceso de etalonaje de la película. ¿Podrías contarnos tus primeras impresiones en relación con las imágenes de la F55 desde el privilegiado punto de vista de una directora de fotografía?
Estoy bastante entusiasmada con las imágenes y muy satisfecha con el trabajo que hemos realizado. He podido revisar las selecciones fotográficas que hice y he de decir que hemos conseguido crear un resultado químico increíble al combinar las imágenes de la F55 con el tratamiento de laboratorio de Technicolor.
La reproducción del color de la cámara y la forma en la que funciona en condiciones de luz intensa es una de las características más atractivas. Es bastante reconfortante poder utilizar la claridad de la luz natural, ya sea en una escena nevada, en una playa o en una boda soleada. ¿Cómo planeaste el trabajo fotográfico para esta película?
Maïwenn quería hacer una película donde el color tuviese un papel determinante. Le prestó mucha atención a la selección del vestuario y las escenas. La fuerza de la F55 reside en la riqueza de los colores y las sombras.
La textura también fue un elemento importante. Por mi experiencia en las películas anteriores, sabía que habría muchos primeros planos. La trama de la película ya es lo suficientemente compleja, por lo que traté de mantener cierto nivel de suavidad, sobre todo en lo que respecta al aspecto. Mi tratamiento de la luz también contribuyó a esta idea.
¿Cómo te ayudó la F55 a lograr la visión que tenías para la película?
Necesitábamos una cámara que pudiese combinar una rica colorimetría, suavidad y ligereza. Mon Roi se ha filmado casi exclusivamente con dos cámaras de mano y tomas largas. A Maïwenn le gusta rodar secuencias largas de unos 20 a 30 minutos sin cortes. Teníamos muchos lugares de rodaje y nos desplazábamos bastante, por lo que necesitábamos una herramienta que pudiéramos transportar a mano y que nos permitiese movernos con libertad.
¿Qué objetivos utilizasteis y cómo justificasteis vuestra elección?
Para Maïwenn lo ideal habría sido grabar toda la película con un objetivo zoom para conservar la sensación de libertad y la velocidad. Rodamos con dos objetivos zoom Angénieux Optimo de 28-76 mm y de 45-120 mm. Para aquellas escenas donde la luz desempeñaba un papel importante, también utilizamos un kit de Zeiss GO. La necesidad de obtener un resultado suave y compacto limitó nuestra selección de objetivos.
También utilicé mucho el filtro. La trama de la película abarca casi diez años. En lugar de hacer que los actores parecieran más jóvenes, intenté suavizar sus rasgos según la época en la que se encontraran. Realizamos muchas pruebas porque estaba preocupada por filtrar demasiado y perder acutancia. No obstante, al ver la película, me sorprendió gratamente cómo había quedado la piel.
¿Cuál fue tu flujo de trabajo? ¿Grabaste en RAW?
No, no grabamos en formato RAW, sobre todo por la cantidad de tomas (285 horas en 12 semanas de rodaje). Antes de rodar realicé unas pruebas para ver las diferencias entre los formatos de grabación y saber qué se perdería si no filmaba en formato RAW. Al final elegimos el códec SR 444 SQ. Sabía que dispondría de una menor gama de tonos a la hora del realizar el etalonaje, por lo que la exposición debe ser precisa y la temperatura de color tiene que aproximarse al máximo al resultado deseado. Todo se graba en la imagen.
¿Mezclaste luz natural con luz artificial?
Sí, grabamos muchas de las escenas diurnas de interior con las luces encendidas (o con velas), así como con filtros de color (1/4 CTO o 1/2 CTO) para reducir el contraste. Quería evitar acabar con una imagen demasiado cálida y con matices uniformes. Me di cuenta de que necesitábamos combinar la luz natural con la artificial en bastantes escenas. Para los interiores a menudo opté por una temperatura de color de 3200 K o 4300 K. Aunque hubiera preferido ser más precisa y cambiar la temperatura de color en incrementos de 100 Kelvin, el proceso de etalonaje me permitió corregir esto sin problemas.
¿Te arrepientes de algo?
No me arrepiento de nada aunque me he dado cuenta de que la cámara ha añadido un poco de ruido en las condiciones de escasa iluminación, sobre todo en los colores brillantes, como si algunos no se hubieran transpuesto del todo.
¿En qué ha consistido tu carrera hasta ahora?
Me gradué por la Escuela Nacional Superior Louis-Lumière (École Nationale Supérieure Louis-Lumière) e inmediatamente comencé a trabajar en la iluminación de varios cortos. Me convertí en una «joven directora de fotografía» muy rápido. Mi primera película fue la primera de Maïwenn y he trabajado con ella desde entonces.