Robert Doisneau: La belleza de lo cotidiano
Swimming pool © Atelier Robert Doisneau, 2016
La Fundación Canal presentará el próximo 5 de octubre la exposición Robert Doisneau: La belleza de lo cotidiano, retrospectiva de 110 fotografías dedicada a uno de los artistas imprescindibles del S.XX, el fotógrafo empeñado en mostrar la vida no como es, sino como le gustaría que fuera.
Las obras que se podrán ver en esta exposición son el resultado de una exhaustiva y personal selección llevada a cabo por sus hijas, Annette y Francine -comisarias de la muestra- atendiendo a los principales intereses y temas preferidos del artista. El visitante podrá cumplir un doble objetivo a través del recorrido por esta muestra: por un lado, podrá contemplar varias de las obras emblemáticas del artista, y, por otro, descubrirá una faceta inesperada y desconocida. Esta combinación ayudará a conocer mejor a Doisneau como personaje y, en consecuencia, su obra.
La belleza de lo cotidiano, que abarca 45 años de creación del artista –desde la década de los 20 hasta la de los 70, ocupando los años 40 y 50 el grueso de su trabajo- está dividida en dos secciones: La belleza de lo cotidiano, que alberga algunas de sus obras más conocidas en blanco y negro, como El beso del Hôtel de Ville, Mademoiselle Anita o el retrato de Pablo Picasso, con otras hasta hoy nunca vistas por el público o muy poco difundidas; y la serie a color Palm Springs 1960, una sorprendente, inesperada e irónica producción de los 60 que muestra una fase muy desconocida de este icono de la Fotografía.
Esta serie es el primer trabajo a color de Doisneau, detalle que resulta sorprendente ya que había experimentado con el color durante los 20 años anteriores. Y es que es poco sabido que Doisneau era un enamorado del espectro cromático.
Con su estilo fresco, inmediato y reconocible, que tan magníficamente ha sobrevivido al paso de los años, produjo alrededor de 450.000 negativos. Su modus operandi se basaba en encontrar el escenario perfecto y estar atento a todo lo que pasaba a su alrededor. Fiel exponente del realismo poético, Doisneau orientó su trabajo a captar los gestos de personas normales en situaciones cotidianas. Su estilo se vio marcado por la desobediencia que le caracterizaba. Caótico por naturaleza, Doisneau no seguía orden ni criterio alguno. Resulta muy complicado clasificar sus trabajos, y aún más ordenarlos, ya que no tenía una intención artística preconcebida. Su legado artístico es el resultado de esa sucesión de instantes de desobediencia: «Mi vida es telescópica. No había plan alguno, sino una improvisación día a día. No era nada inteligente».
Como complemento a la muestra, se exhibirán hojas de contacto y collages hechos por el fotógrafo, además de cierto material personal como su cámara Rolleiflex y varias publicaciones originales donde se difundieron sus trabajos, como las revistas Fortune o Life.
Comisarias de la exposición: Annette y Francine Doisneau
Más info: www.fundacioncanal.com
Le baiser de l’Hôtel de ville, 1950 © Atelier Robert Doisneau, 2016